Parece que la mantilla vuelve a estar de moda en Santa Olalla, sobre todo después de ver las nutridas filas de mantillas que se formaron en la procesión de Viernes Santo y muy especialmente en la del día de la Virgen donde se formaron cuatro filas de mujeres.
La mantilla es el broche de oro de un atuendo elegante, sobrio, solemne y negro para ocasión de la Semana Santa, en que se viste una mantilla negra también. Si fuera para una boda o una procesión de gloria (como es el caso de las de las fiestas de Santa Olalla) la mantilla puede ser de otro color.
Primero se recoge el cabello y se coloca el peinetón que debe estar bien firme y alineado con el cuello y la espalda en postura erguida, y dibujar un perfecto ángulo de 90 grados con la coronilla.
Luego se coloca milimétricamente la mantilla de forma que ambas puntas queden a la misma altura (o sea que el resultado sea absolutamente simétrico), un poco por delante de los hombros y con suficiente vuelo para que cubra la parte delantera del peinetón por completo anclándola con multitud de hebillas invisibles al cuero cabelludo. La mantilla debería caer de forma natural y sin tirones tanto en el frente como por detrás.
Luego se ajusta la mantilla a la base del peinetón por su parte posterior, con exactos pliegues simétricos dibujando un abanico, que se ajustarán con un broche que por lo general es una joya antigua. A partir del broche, la mantilla cae en pliegues por la espalda de la dama hasta un poco mas abajo de la cadera.

Su sueño se hizo cumplir
y esa niña sonrosada,
que en el patio de su casa
a las muñecas jugaba,
a su niñez puso fin.
Es ya una joven coqueta
tiene piel color canela
dieciocho primaveras
y viste mantilla negra
al llegar el mes de Abril.