En la noche, se enciende una luz. Es la luz que rompe las cadenas del mal, de la tristeza, de la muerte. Jesús ha resucitado, y su resurrección nos llama en medio de todas las angustias. La vida vence a la muerte, la vida de Jesús ilumina para siempre nuestro débil camino de hombres y mujeres en este mundo.