martes, 12 de abril de 2011

El Cristo de Medinaceli, Señor de señores.

Artículo de Salvador Guzmán, restaurador de la imagen de Jesús Nazareno con la Cruz a cuestas de Santa Olalla, sobre su visita a la Basílica de Jesús de Medinaceli. Publicado en "La Opinión de Cabra"  el 30 de marzo de 2011.

Hace unos días he tenido ocasión de visitar la Basílica del Cristo de Medinaceli de Madrid, uno de los templos religiosos más visitados de la geografía española y, sin duda, la imagen de su Cristo, una de las más representativas de la religiosidad popular. Regida por los Franciscanos Capuchinos, el padre Ángel Díaz Valencia es el encargado del cuidado y del exhorno de la milagrosa imagen. A Fray Ángel, un hombre severo, alto, de complexión fuerte y rostro barbado, se le humedecen los ojos cuando habla de su Cristo y de la fe que despierta.

Aún entre quienes raramente se manifiestan creyentes o quienes olvidan sus principios religiosos, el Cristo de Medinaceli se hace presente en momentos difíciles, de necesidades y desdichas. Así la imagen poderosa del Señor de Medinaceli se ve a menudo en domicilios, establecimientos comerciales, en las cabeceras de las camas de los hospitales y, como no, en las lápidas de los cementerios. Es tanta y tal la popularidad del Cristo de Medinaceli que con dificultad puede hallarse un madrileño que no lleve en su cartera alguna de sus estampas.

Tallada en la primera mitad del siglo XVII en Sevilla, la imagen de Nuestro Padre Jesús Nazareno de Medinaceli fue llevada por los Capuchinos al Norte de África para el culto de los soldados españoles. En abril de 1681, cayó en manos de los sarracenos que la ultrajaron y la arrastraron por la calles. Al poco, los monjes Trinitariospagaron su rescate y la llevaron a la capital de España. Con fama de milagrosa la recibiría “todo Madrid”, pueblo fiel, nobleza y Casa Real. Desde entonces, todos los años, el primer Viernes de marzo, en un besapie multitudinario al que asiste algún miembro de la Familia Real,se le piden las tres gracias. El resto del año, innumerables devotos siguen acercándose a su basílica para besarle el pie al Señor de señores, reviviendo las escenas evangélicas de las multitudes que “querían ver y tocar al Señor”.

Desde 1710, a la “Archicofradía Primaria Nacional de la Real e Ilustre Esclavitud de Nuestro Padre Jesús Nazareno” pertenecen gran parte de la nobleza española incluidos los miembros de la Casa Real y el Duque de Medinaceli, que ostenta el título de Hermano Mayor. En la actualidad son unos 8.000 hermanos inscritosy hay que hacer especial mención a las más de cincuenta hermandades filiales registradas en España y en el extranjero.

El Señor de Medinaceli, cuajo de dolor al aire quieto, oscuro como la pena, ymorado como el ocaso, es devoción desbordada, es emoción contenida, es humildad franciscana… y su contemplación cercana, una experiencia cofrade inolvidable.


Salvador Guzmán Moral